Ante la posible llegada del Covid a Burundi, entrevistamos a Amidou, profesor de la Universidad de Ngozi, para que nos cuente de primera mano cómo se encuentra el país ante esta situación y cuáles son las perspectivas de futuro.
Pregunta: ¿Cuál es la situación del COVID 19 en Burundi?¿Cuántos casos hay y cuántos fallecimientos ha habido?
Respuesta Amidou: La situación respecto al Coronavirus en Burundi no es muy alarmante. Solamente ha habido 18 casos hasta el momento: 3 de ellos ya se han recuperado y se les ha dado el alta, mientras que únicamente ha habido un fallecido.
Este paciente que falleció padecía cáncer y estaba ya en fase terminal. Los otros 14 casos evolucionan bien y parece que en pocos días se les dará el alta para que puedan irse a sus casas después de haber estado en cuarentena.
P: ¿Qué tipo de medidas de prevención adoptó el gobierno antes de que hubiese casos y cuáles son las que ha adoptado ahora que hay casos confirmados?¿Han cerrado fronteras?
R: El gobierno reaccionó en un inicio con medidas preventivas. La medida principal que se adoptó fue poner en cuarentena a toda persona que viniese del extranjero durante 14 días. Se ponía especial cuidado con aquellos que venían de países afectados por el Coronavirus, como Francia, España, Alemania entre otros países occidentales. Más tarde, cuando la cosa se puso peor en occidente, se cerraron las fronteras para limitar la importación de los casos.
Una vez se confirmaron los primeros casos, se comenzaron a hacer pruebas PCR a todas las personas que hayan estado en contacto con algún infectado. A su vez, se han lanzado campañas de sensibilización de la población para que adopten las medidas de prevención, enfocándose especialmente en el lavado de manos con agua y jabón.
P: Algunas de las noticias que llegan a España son sobre las competiciones deportivas, en especial de fútbol en Burundi, ¿siguen disputándose sin restricciones?
R: Muchos países han cerrado sus competiciones, pero no en Burundi, que siguen teniendo lugar. La liga burundesa sigue su curso con normalidad.
P: Si la cosa se pusiese peor, ¿podría funcionar el confinamiento en Burundi?
R: Si la cosa se pusiese peor yo diría que el confinamientos sería muy difícil en Burundi. La mayoría de la población debe trabajar de manera normal y no cuentan con ahorros, sino que dependen del trabajo del día a día. Si no salen a trabajar no podrán comer, por lo que creo que no solo en Burundi, sino en toda África va a ser muy difícil que funcione el confinamiento.
P: ¿Crees que la población está concienciada de la gravedad de esta pandemia tras lo ocurrido en países más desarrollados?
R: Sí, la gente está muy concienciada con la gravedad de la pandemia, ya que ha habido otra epidemia de Ébola muy cerca de Burundi, en la República Democrática del Congo, por lo que la gente sabe bien lo que tiene que hacer.
Además el gobierno recuerda a menudo la importancia de la situación. La gente está colaborando muy bien para evitar el contagio y escuchan la radio para estar informados de lo que pasa en los países desarrollados. Lo que allí está pasando les aterroriza.
P: ¿Por qué crees que de momento la pandemia no se ha disparado en Burundi y países africanos?¿Puede tener que ver que uno de los tratamientos consista en medicación de la malaria?¿Quizá debido a la baja población envejecida que existe?
R: Muchos países africanos son muy pobres y la gran mayoría de la población no se suele desplazar al exterior: muy pocos viajan por aeropuertos o cogen barcos. Además, hay poco desplazamiento interno, ya que no existe nada parecido al metro. En definitiva, la población se desplaza muy poco. Esto, unido a que haya pocos vuelos internacionales al continente hace que la importación de casos infectados desde otros países sea limitada.
Otro de los factores que ayuda a que la situación no se agrave es la juventud de la población africana en general. La esperanza de vida no es muy elevada, por lo que la población envejecida es muy baja. En Burundi ocurre lo mismo. Además, los ancianos no viven en la capital, sino en las zonas interiores del país, lo que hace más difícil que alcancen el virus.
Además, y esto es un punto de vista personal ya que no cuento con formación médica, mucha gente padece malaria, y al tomar la cloroquina propia de algunos tratamientos, ayuda a curar el coronavirus.
P: ¿Cómo está la población en Burundi y qué opinan de la pandemia?
R: Están aterrorizados. Ven que los países ricos no han sabido gestionarla con tantos medios: respiradores, médicos, enfermeros, hospitales… no se imaginan cómo será si llega a Burundi.
P: En mayo el país cuenta con elecciones generales, ¿se mantiene la fecha?¿Se plantean tomar medidas para prevenir los contagios?
R: Sí, en mayo tendremos elecciones generales. Tienen que tener lugar, ya que únicamente hay 14 casos activos, los cuales ya están cumpliendo la cuarentena y serán dados de alta dentro de poco, porque llevan semanas aislados. Esto no puede parar la vida de un país entero. Si los casos se multiplicasen, el gobierno creo que tomaría las medidas adecuadas.
P: ¿Estaría preparada la sanidad burundesa para sostener una situación crítica de la pandemia en términos de infraestructuras y formación de los profesionales sanitarios?¿La población tendría recursos para acceder a esos servicios públicos sanitarios?
R: Es muy difícil en la actualidad. Parece que ningún país está preparado para una pandemia así. Si los países occidentales no han estado preparados, ¿cómo van a estarlo los africanos? Lo que se está haciendo es tratar de limitar la propagación al máximo con el cierre de fronteras, las correspondientes cuarentenas… Creo que esto es lo fundamental.
P: En pequeños poblados como Ndava, donde ASU cuenta con un colegio en funcionamiento y un proyecto en curso de un Centro Materno Infantil, ¿podría llegar a expandirse la pandemia?¿Qué importancia tendría que el Centro Materno Infantil pudiese abrir sus puertas cuanto antes?
R: Ndava está muy lejos del peligro, de la capital Bujumbura, donde están todos los casos activos. Se puede fomentar en la escuela de ASU el lavado de manos con agua y jabón a los alumnos.
En cuanto al centro materno-infantil, hace falta que abra las puertas para contribuir la lucha con las enfermedades y la sensibilización de cómo debe comportarse la población ante una posible pandemia y situaciones difíciles. El CMI tiene una importancia capital para aconsejar y atender a gente que ahora muere en casa por no poder/querer ir lejos a un centro de estas características.
La población espera su apertura muy pronto y espera mucho de él, ya que es el único de este tipo en la región.
Entrevista Borja GPG