Estos días, hemos recibido desde Burundi con mucha alegría el primer informe trimestral de actividad de nuestro centro materno infantil, el Centro de Salud San Lucas de Ndava. Y lo primero que hicimos fue quedarnos boquiabiertos con las cifras: hemos atendido ya más de 45 partos y 4.500 consultas e ingresos ambulatorios, principalmente casos de malaria de niños menores de 5 años y situaciones de malnutrición. Impresionante, ¿verdad?
Sin embargo, rápidamente nos hemos dado cuenta que no podemos caer en la trampa de las cifras. Las cifras están muy bien y son sin duda un termómetro muy bueno de nuestra actividad diaria en Burundi pero no son lo más importante. Porque en ASU siempre hemos preferido hacer “menos” pero poniendo todo nuestro corazón en ello, small things with great love como decía la Madre Teresa de Calcuta, que “mucho” pero sin sentirlo de verdad. Porque el amor es irracional y no entiende de números ni cuentas.
Siempre hemos dicho que somos una ONG de personas y no de cifras, y por eso, preferimos hablaros de personas. Personas como Lucie Joyeuse, el primer bebé que vino al mundo en nuestro centro. ¿Sabías que Joyeuse significa “feliz” en francés? Sin duda un nombre inmejorable para el día más feliz de nuestras vidas.
También nos hemos dado cuenta de que detrás de todas esos maravillosos números está el trabajo de muchas personas. Personas como el Padre Apo y Amidou, que se han desvivido desde Ngozi para convertir este sueño en una realidad. Personas como Jacqueline Kubwimana, la directora del centro, que lleva más de 20 años peleando por una maternidad digna en Burundi y ha querido sumarse a nosotros en esta loca aventura de abrir un centro de salud en el rincón más perdido de Burundi. Personas como Innocent Ntakirutimana, nuestro encargado de recepción, que pese a estar desbordado de trabajo siempre recibe con una sonrisa y ayuda amablemente a las más de 50 personas que nos visitan cada día. Y así, podríamos seguir uno a uno con los 15 empleados de nuestro centro, porque ellos son, con su esfuerzo, los que hacen que todo esto sea posible, cada día. Personas; con nombre y apellidos. Personas; con tristezas y alegrías. Personas; con sentimientos y con sueños. Personas; con ganas de ayudar y con necesidad de ayuda. Personas; como ellos, como tú y como yo. Personas…
Porque si algo hemos aprendido todos estos años es que, como decía Eduardo Galeano, mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo. Por eso, os damos las gracias en nombre de todas y cada una de las 4.545 personas que han sido atendidas en nuestro centro en estos tres primeros meses de actividad. Porque somos una ONG de personas, y porque queremos seguir siéndolo junto a ti. ¿Nos ayudas a conseguirlo?