El 2024 toca a su fin, y, como ya es tradición, aprovechamos estas fechas para hacer balance de todo lo que hemos hecho juntos este último año.
En una sola palabra, este año podría resumirse así: «komera». A los que hemos tenido la suerte de recorrer las colinas del corazón de África, es una palabra que nos resulta muy familiar. Y a los que no, seguramente os pille un poco por sorpresa. Esta palabra, muy popular en kirundi, el idioma de Burundi, no tiene traducción exacta a ninguna otra lengua, pero se interpreta como un deseo profundo de ánimo, de ser valientes y de perseverar para superar los retos que nos plantea la vida. Y es que justo eso es lo que nos llevamos del 2024: ha sido un año tan increíble en todos los sentidos que solo podemos mirar hacia delante con el ánimo de seguir recorriendo este camino juntos, sin miedo, con los ojos del rostro y del corazón bien abiertos para seguir creciendo y llegando más lejos cada día.
Empezamos el 2024 confiando mucho, porque si de algo nos hemos dado cuenta después de tantos años con este proyecto, es que, por mucha planificación que queramos hacer, la vida siempre va por delante abriendo camino y nosotros vamos detrás intentando seguir el ritmo.
Y así ha sido un año más. Y es que ahora, echando la vista atrás, nos damos cuenta de todo lo que hemos logrado juntos este año sin tan siquiera haberlo podido soñar hace solo unos meses. Y nos reafirmamos en que solo podemos seguir siendo instrumentos para intentar que se cumpla un plan mucho mayor que sin duda nos sobrepasa… ¡Soñad y os quedaréis cortos!
Empezamos el año compartiendo a través de “Un viaje al corazón” algunos de nuestros proyectos de cooperación, poniendo rostros y voz a la labor que llevamos a cabo en el corazón de África desde hace 16 años. Así, hemos podido llevaros a nuestro Centro materno infantil “San Lucas” de Ndava, donde un año más hemos realizado cientos de partos y miles de atenciones médicas sobre todo en epidemias y malnutrición. También viajamos a nuestro programa de Microcréditos en la Universidad de Ngozi, gracias al cual los mejores estudiantes de las distintas facultades están llamados a convertirse en la generación que cambie el rumbo del país. Continuamos visitando nuestra Escuela secundaria “San José” de Ndava, que por fin hemos podido terminar para dar continuidad a la educación de los más de 950 niños de nuestra escuela primaria. Y por último, pudimos conocer más de cerca nuestro “Goat Project”, gracias al cual descubrimos cómo una cabra puede cambiar el futuro de una familia.
Después, tras muchos años de trabajo, fuimos muy felices al lanzar al mundo nuestro primer proyecto de emprendimiento social en Burundi, nuestra marca de café 100% sostenible Imigambi, con el objetivo de producir el mejor café dándole el mejor futuro a los agricultores que con tanto cariño lo cultivan, y de reinvertir todos nuestros beneficios en ellos. “Imigambi” es una canción burundesa que habla de los sueños que, tras mucho esfuerzo, acaban cumpliéndose, y este proyecto sin duda es un sueño hecho realidad.
Nuestra primavera empezó intensa una vez más: volvimos a recorrer 111km un año más, con mucho esfuerzo y alegría, para financiar nuestro programa de Microcréditos en la Universidad de Ngozi. Después, nos fuimos a Burundi para grabar nuestro documental “La belleza salvará al mundo”, con el objetivo de compartir la belleza del corazón de África y todo lo que tiene que contarle al mundo. Y también, echamos una mano en la segunda campaña quirúrgica liderada por nuestros amigos de la Fundación Kyrikú, donde además nuestro querido Gilby fue operado por el Dr. César Casado por segunda vez.
Y así llegó el verano, el momento más importante del año para nosotros, con cinco viajes a Burundi con casi 100 voluntarios, donde pudimos abrir nuevos caminos y dejar un pedacito de nuestros corazones en Burundi, y también nos llevamos un pedacito del corazón de África en los nuestros. A la vuelta, reflexionando sobre todo lo vivido, solo pedíamos no olvidarnos de ser muy conscientes de que Burundi es cada día de nuestras vidas.
En los últimos meses del año, compartíamos con el mundo nuestro proyecto “La belleza salvará al mundo”, y aprovechábamos para entrevistar a Héctor Zurita, el filmmaker detrás del proyecto, quien compartía con nosotros sus experiencias en el país de las mil y una colinas. Y así, hemos podido contaros nuestros últimos proyectos de cooperación. En primer lugar, os presentábamos la construcción de nuestra Iglesia “Madre Teresa” de Ndava, para atender espiritualmente a los más de 1.500 niños de nuestras escuelas primaria y secundaria y al conjunto de la comunidad de Ndava. También nuestro Molino de cereal de Ndava, nuestro segundo proyecto de emprendimiento social en Burundi. Además, os presentábamos nuestro proyecto de construcción de casas batwa, para darle continuidad a lo que habíamos visto y oído el año anterior. Por último, os hacíamos partícipes de nuestro proyecto “Seamos luz”, con el que queremos llevar electricidad a nuestras escuelas primaria y secundaria de Ndava.
Además, durante todo el año, hemos seguido haciendo nuestro voluntariado local en Madrid con la Fundación Down Madrid y con nuestras queridas Misioneras de la Caridad, con la idea de que la ayuda siempre debe empezar aquí cerca de casa, y también para preparar nuestro corazón antes de nuestros viajes a Burundi, y darle continuidad a lo que allí vivimos a nuestra vuelta a Madrid. También hemos seguido organizando eventos varios como Jam Sessions, Open Mics, Music x Burundi, afterworks, torneos de pádel, etc. y varias pequeñas iniciativas hechas con mucho amor: nuestra tradicional Campaña de Reyes Magos con las Misioneras de la Caridad por séptimo año consecutivo, una recogida de alimentos con el Colegio Aldovea, unas protesis para Benitha, la lotería que este año no ha tocado…
Son muchas cosas, pero nada de todo esto habría sido posible sin la suma de muchos granitos de arena que se han ido juntando a lo largo del año:
• En primer lugar, los socios que nos apoyáis sin dudarlo cada año. ¡Gracias por recordarnos cada día que se puede estar lo suficientemente loco como para creer que cambiar el mundo es posible!
• En segundo lugar, las empresas que este año habéis apostado por nuestros proyectos: Key Capital, LEGO España, BCG, Trinity College, Clifford Chance, Montesierra, Legumbres La Pedriza, Bodegas William Humbert, Solera Motor, González Byass, De Luque, Aromas de Medina, Fundación Manolo Maestre Dávila, Colegio Peñalar, L35 Architects, Emperador Properties, Hermanos Martínez, Gymkana Esther López Arce… ¡Gracias por confiar en nosotros y por sumaros al cambio!
• En tercer lugar, todos los donantes que habéis colaborado con nosotros a lo largo del año en nuestros distintos proyectos, campañas, iniciativas, retos, eventos… ¡No hay granito de arena pequeño!
• Y por último, los voluntarios que habéis compartido con nosotros vuestro tiempo, vuestro cariño, vuestros conocimientos, vuestros esfuerzos, vuestras tristezas y vuestras alegrías, vuestras ganas de cambiar el mundo… ¡Pequeñas cosas con mucho amor!
Es ahora, echando la vista atrás, cuando nos damos cuenta una vez más de todo lo que hemos conseguido juntos, que sin duda nos sobrepasa pues es mucho más de lo que habríamos podido incluso soñar. Nos da pena despedir este año tan bueno, pero se nos pasa cuando miramos al frente y vemos todo lo que nos espera en este 2025 que ya está a la vuelta de la esquina, y que viene cargado de muchas novedades, retos y varias sorpresas importantes que pronto compartiremos con vosotros.
Son tantas cosas, más las que seguro que se nos olvidan, que nos cuesta encontrar la forma de compartir cómo nos sentimos estos días. Por todo esto, solo se nos ocurre una palabra para resumirlo todo y para no olvidarnos de lo más importante: seguir siempre hacia delante, confiando mucho y con valentía, con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Y así, una vez más, solo podemos gritar a los cuatro vientos… ¡komera!