Otro año más llega el 31 de diciembre y, una vez más, hacemos balance de lo que han sido estos últimos doces meses.
Este año el balance es sencillo: el 2022 ha sido sin duda alguna el mejor año de la historia de ASU. El año en que despegamos, en sentido literal y figurado.
Aunque no nos haya tocado el gordo (y eso que este año estábamos convencidos de que sí lo haría), estamos felices porque en todo lo demás hemos tenido suerte; mucha suerte. Y como la felicidad se contagia, no queríamos dejar de compartir con vosotros todos estos buenos momentos. Preparaos: despegamos.
Lo mejor de este año 2022 ha sido sin duda poder volver a casa. En total, han sido 6 viajes a Burundi, en los que han participado más de 60 voluntarios -récord histórico- y en los que hemos podido retomar nuestros campamentos de verano, nuestros cursos en la Universidad de Ngozi, nuestras estancias con las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta… Burundi nos ha sorprendido como lo hace siempre, y es que el corazón de África es sin duda un lugar mágico y único donde cada año es posible tocar el cielo en la tierra.
Además del voluntariado, 2022 ha sido también un año récord para nuestra pata de cooperación al desarrollo en Burundi, en la que actualmente llevamos a cabo un total de 15 proyectos en las distintas áreas en las que trabajamos.
En educación, ya estamos trabajando en la ampliación a secundaria de nuestra escuela de Ndava, y pronto os contaremos novedades de nuestro nuevo proyecto de microcréditos en colaboración con nuestra querida Universidad de Ngozi.
En sanidad, seguimos emocionados de que en nuestro Centro materno infantil de Ndava siga salvando la vida a quienes dan vida, siga dando respuesta a las necesidades médicas más elementales de miles de personas y siga produciendo milagros cada día. Además, este año ha sido muy especial por haber podido cambiar la vida de Gilby, del que pronto os contaremos novedades.
En infraestructuras, no podemos estar más felices de ser luz para Ndava con nuestra instalación solar fotovoltaica para que nuestro Centro materno infantil de Ndava sea el mejor sitio del mundo para dar a luz… cuando no hay luz. Además, estamos en proceso de construcción de una iglesia en Ndava, proyecto que compartiremos con vosotros pronto.
En deporte, os contamos también muy ilusionados que seguimos con nuestro proyecto de rugby con valores, que hemos hecho una alianza con LaLiga para que se cumplan muchos sueños en Burundi, y que hemos organizado la primera maratón de Burundi uniendo nuestras queridas Ngozi y Ndava para demostrar que corriendo también se puede cambiar el mundo.
Por último, en lo que se refiere a nuestra área de emprendimiento social, el 2023 viene cargado de importantes novedades y desafíos que enseguida podremos gritar al mundo. Solo os damos tres pistas: café, restauración y textil. ¡Va a ser muy emocionante! 🙂
Este año ha sido especial porque hemos podido retomar nuestros programas de voluntariado también aquí en Madrid, llevando a cabo distintos proyectos con Hakuna, con la Fundación Down Madrid y con nuestras queridas Misioneras de la Caridad. Después del parón por el COVID este ha sido sin duda uno de los mejores regalos que nos ha podido hacer el 2022.
Y hablando de regalos, este año tenemos que estarle muy agradecidos a los Reyes también porque no podemos olvidarnos de la gran cantidad de premios y concursos que hemos ganado y que han hecho que haya sido posible sacar adelante todos los proyectos que os contábamos anteriormente. Una vez más, solo podemos decir gracias.
Por último, el 2022 también ha sido el año de despegue para nuestra comunicación, como veréis muy próximamente, para nuestros eventos, en los cuales hemos podido celebrar nuestro XV aniversario y muchas otros buenos momentos, y para nuestro equipo, que cada año sigue creciendo.
¿Y qué nos dejamos para el 2023? Como os hemos contado, este nuevo año viene fuerte y cargado de nuevos proyectos, pero nosotros solo le pedimos una cosa: poder seguir ayudando a quienes más lo necesiten tanto en España como en Burundi. Porque aunque todos estos proyectos, números y récords son sin duda grandes noticias, no podemos olvidarnos de que ASU siempre ha sido una ONG de personas y no de cifras. Por eso queríamos pararnos un momento para reflexionar y para no olvidarnos de lo importante; de que estamos aquí para servir. De que si cambiamos nuestra mirada no hay nada imposible, de que somos unos afortunados por poder continuar este sueño que ya cumple 15 años, y de que tenemos que dar las gracias, infinitas gracias.
Por eso nos acordamos estos días especialmente de todas las personas que formáis parte de esta pequeña familia que es ASU: beneficiarios, voluntarios, socios, donantes, equipo y demás amigos que hacéis que este sueño siga vivo cada día. Y por eso queríamos daros las gracias por estar siempre ahí, por confiar en nosotros para cambiar este mundo cada vez más complejo, por corregirnos cuando tenemos algún despiste –cosas de humanos-, y por compartir vuestras ideas, inquietudes y sueños con nosotros. A este lado también aprendemos mucho.
Nos vemos el año que viene. Agarraos fuerte a vuestros asientos porque… ¡Despegamos!